Ginger, el cuerpo momificado más antiguo que se conoce hasta hoy en Egipto, era rubio, de pelo ondulado, y de piel blanca amarillenta. Fue hallado en el cementerio de Gebelein, al sur de Tebas, en 1900 y se pudo determinar que su antigüedad es de cerca de 3.500 años antes de la Era Cristiana, es decir, es una momia de 5.500 años de antigüedad, de la época del Período Predinástico. Su nombre (que significa "gengibre") se debe al color y rizos de su pelo, que está en parte conservado. Perteneció posiblemente al pueblo de la cultura Naqada, que vivió antes de los primeros faraones, y cuyos habitantes, como casi todos los de período predinástico, eran de apariencia caucásica, de cabellos castaños, oscuros, rojizos, casi rubios y algunos pelirrojos; la mayoría de textura lisa, lacios u ondulados.

Gracias a la cantidad de cuerpos momificados encontrados en las zonas arenosas secas cerca del valle del Nilo, se han podido conocer muchos detalles de la apariencia física y la vida social de los antiguos egipcios, especialmente por los análisis del cabello de los cuerpos.

Joann Fletcher, egiptóloga británica y especialista en análisis capilar, dice que en los estudios arqueológicos "el cabello es invalorable para determinar las condiciones de la vida cotidiana, así como para informar sobre la dieta alimentaria y las enfermedades". "El color más común de cabello encontrado en las momias egipcias es marrón oscuro, casi negro, aunque es frecuente encontrar castaño claro y cabellos rubios. El análisis de muchos de esos cabellos muestran también el uso de variadas formas de henna, que incluso usó Ramsés II para rejuvenecer su cabello blanco"..."Por las liendres encontradas en sus antiguos peines, es evidente que sus cabellos estaban plagados de insectos del cuero cabelludo, y por esa razón hombres y mujeres acostumbraban rapar totalmente sus cabezas. Pero a su vez usaban pelucas con elaborados estilos de peinado y extensiones de pelo"..."En el cuerpo de una mujer, se ha encontrado cabello largo hasta los hombros, aumentado con extensiones meticulosamente trabajadas dentro del pelo natural; la complejidad de la técnica permite ver que fue hecho con la asistencia de una tercera persona, y debe haber llevado largas horas de elaboración"..."Entre sus cabellos se pueden observar ciertos sectores de pelo sin pigmento, blancos, debido a la edad, que contrastan con el color natural castaño oscuro y fue teñido con la típica coloración anaranjada brillante de la henna".

Los antiguos egipcios usaban el cabello de diferentes formas: podían tener, hombres o mujeres, las cabezas totalmente rapadas, o usar el pelo largo hasta los hombros o corto hasta la nuca. El estilo de cabello no determinaba para ellos el género masculino o femenino. Sin embargo, podía determinar la edad o el grupo social al que pertenecían. Los niños eran totalmente rapados hasta la pubertad, pudiendo elegir las mujeres y los hombres usar el cabello largo o rapado después de esa edad. Los ancianos usaban pelucas para disimular la calvicie o el pelo blanco. Los trabajadores usaban el pelo más corto, con flequillo. Entre las clases sociales más poderosas, era común el uso de pelucas y extensiones de pelo muy elaboradas, con la asistencia de peinadores personales y diseñadores de pelucas.

Como se puede apreciar en la foto de arriba, los cabellos de la foto central son negros y rizados, y las dos figuras presentan un color de piel más oscuro. Cerca del año 3200 AC estaban separados los reinos del Alto y el Bajo Egipto, y se produce la unificación, comenzando la era dinástica de los faraones. Al expandirse el imperio, incorporan diferentes etnias africanas, que a lo largo de los siglos, se irán mezclando con los primeros habitantes del período predinástico. Al llegar a la época de Akenaton, su esposa Nefertiti y su hijo Tutankamón, -siglo 14 antes de Cristo-ya se pueden observar representaciones de imágenes con rasgos tipicamente negroides: labios más gruesos, colores de piel más oscuros y cabellos negros y rizados. Sin embargo, un análisis de la momia de Ramsés II, que es un cuerpo de 87 años de edad al morir, revela en las raíces foliculares pigmentos rojos, lo cual indica que habría sido un pelirrojo, con pelo blanco al morir y teñido de henna. Además, las raíces de los cabellos de Ramsés tienen folículos circulares posicionados en forma oblícua, que indican un pelo ondeado, de características leucodermas (piel blanca). Al comenzar el período dinástico (cerca del 3000 AC), se empezó a preferir usar las cabezas afeitadas totalmente o con el pelo muy corto: esto favorecía la higiene capilar, pero para evitar la exposición al sol, lo cubrían con pelucas. Las pelucas se hacían de cabello humano o lana de oveja. Con excepción del período del Antiguo Reino ( 2705 a 2213 AC), los hombres se afeitaban todo el pelo en la cara. En el Antiguo Reino solamente se pueden ver figuras representadas con finos bigotes.

Durante el último período dinástico, del año 305 AC al 30 AC, cuando gobernaron los Ptolomeos, se puede ver un importante cambio en los estilos de cabello. Los Ptolomeos eran macedonios, de cultura helenística, y después de la muerte de Alejandro Magno comenzaron a dominar todo el valle del Nilo. Las dinastías faraónicas terminaron con la última reina ptolomea, Cleopatra VII, cuando Egipto fue anexado al Imperio Romano. En esta etapa los cabellos y los peinados muestran la forma griega: pelo corto y rizado, en forma natural, con menos uso de pelucas y extensiones postizas. Las pelucas usadas muestran también los cabellos rizados.También se pueden ver adornos de laureles y bandas con rosetas. En este período se fusionan los estilos egipcio y griego, en toda su estética.

Cleopatra VII, la última reina ptolomea que gobernó desde el año 51 AC hasta el 30 AC, usaba varios estilos de peinados, según la ocasión que se le presentara. Ella era de sangre griega, macedonia, y no tenía nada de egipcia en su apariencia. Cuando viajaba a Roma, usaba el estilo griego clásico, que era el que realmente coincidía con su apariencia helenística, con un peinado que se llamó "estilo melón", que se ve en muchas esculturas griegas, que consistía en peinarse el pelo hacia atrás y atarlo en la nuca con un rodete. Cuando estaba en la corte, en Alejandría, usaba un estilo que se ha llamado egipcio-ptolemaico, que es una mezcla de rasgos griegos y egipcios y una característica única de esta dinastía. Y cuando dirigía discursos a su pueblo, su apariencia y su peinado eran típicamente egipcios puros. Se puede observar en este estilo el pelo dividido en 3 partes y el uso de una cobra como corona.

 

PRODUCTOS USADOS EN TRATAMIENTOS CAPILARES EN EL ANTIGUO EGIPTO:

LAVADO:

Los antiguos egipcios lavaban sus cabellos y sus pelucas. Una forma de lavado era una mezcla de agua y jugos cítricos. El ácido cítrico disuelve los aceites grasosos del cabello y deja sellado el folículo, para que se mantenga seco. El pelo queda suave y brillante. Como acondicionador después del lavado usaban aceite de almendras.

DEPILACION:

Los métodos de depilación capilar incluían mezclas como una pasta hecha de cal, almidón y arsénico. También usaban otra mezcla de azúcar y cera de abejas. Tenían cuchillos hechos de cobre o bronce con mucho filo para afeitarse, y pinzas depiladoras.

COLORACION:

Durante siglos, los colores preferidos fueron los pelirrojos o los negros. Lo más utilizado, desde 4.000 años antes de la era cristiana, fue siempre la henna, que le da tonalidades anaranjadas o rojizas al cabello. La mezclaban con sangre de buey o con renacuajos machacados, para hacer diferentes matices de color. La planta de henna (lawsonia inermis) crecía abundantemente en las riberas del Nilo. Para hacer tinturas negras usaban el índigo, extraído de la planta indigofera tinctoria. Quienes encanecían, combatían el color gris del pelo con una receta de sangre de buey hervida en aceite: era una solución mágica, pues se creía que esto transfería la negrura del animal al cabello. Después del año 1500 Ac comenzaron a usar pelucas de colores brillantes, como azules, rojos o verdes.

TRATAMIENTO PARA LA CALVICIE:

Como siempre, los que quedaban calvos porque se les caía el pelo, no estaban felices y querían recuperarlo. Los remedios estaban basados en preparaciones con grasa de distintos animales: cabras, leones, cocodrilos, serpiente e hipopótamos, y también de gatos. Otro remedio era un parche hecho con hojas de lechuga picada. O también la aplicación de semillas de alholva (fenogreco).

FIJADOR:

Para mantener la forma de los peinados, usaban un ungüento de cera de abejas, que se aplicaban y luego lo dejaban secar exponiendo la cabeza al sol, hasta que quedara rígido.

ESTIMULO DEL CRECIMIENTO CAPILAR:

Diversos aceites se utilizaban para fortalecer el cabello: de almendras, de romero, o aceite de castor.

 

ANTIGUOS HEBREOS

Según el relato bíblico, los antiguos hebreos provienen de la parte Sud Oriental de la Mesopotamia, que era la antigua Caldea, y se asientan en la tierra de Canaán, que es hoy Israel y Palestina, hace cerca de 4.000 años. Como pueblo de origen caldeo, su apariencia debe haber sido similar a los pueblos semíticos de la región. Los hebreos no dejaron ningún bajorrelieve ni ninguna estatuilla que representara su fisonomía, pero el tipo hebraico está descripto en la Biblia y en monumentos asirios y egipcios se conservan imágenes de ellos. En base a estas referencias se puede deducir que eran de piel oscura con características melanodermas, es decir folículos pilosos elípticos, casi paralelos a la piel, que dan cabellos rizados y con alta producción de melanina negra, o sea cabellos negros. En El Cantar de los Cantares, atribuido al rey Salomón (1001-976 AC), en el Cap. V, 11, la Sulamita dice que los cabellos de su amado son negros como "las alas de un cuervo", y rizados en bucles. En cuanto a los cabellos de la Sulamita, dice que son "negros como una tropilla de cabras". Usaban el cabello largo, y era espeso y ondulado. La Ley Mosaica no prescribía nada especial acerca de cómo usar el cabello. Los sacerdotes se lo cortaban cada dos semanas. Tenían prohibido cortarse el pelo en honor a los dioses, como solían hacer los pueblos de la antigüedad, pero se lo cortaban en señal de duelo por los difuntos, o como muestra de aflicción o humillación por el pecado cometido. En el Deuteronomio, (Cap. XIV, v. 1) se puede leer: " ...no cortarás tus cabellos ni afeitarás tu cabeza por los muertos". Los Nazareos hacían el voto de no cortarse jamás el pelo, a la manera de Sansón. En Levítico (19:27) se puede leer: "No afeitaréis vuestras cabezas ni recortaréis las puntas de vuestra barba". Entre los hebreos la calvicie era considerada no sólo un defecto, sino también una maldición. "Y habrá vergüenza en sus rostros, y calvicie en sus cabezas" (Ezequiel, 7:18). En los tiempos del rey David, el cabello era un precioso ornamento y cuanto más largo se usaba, más estimado era. Acostumbraban a matizarlo con polvo de oro; Flavio Josefo (38-101), el historiador judío romano, nos dice en sus "Antigüedades Judías" que el rey Salomón y sus guardias derramaban diariamente en sus largas cabelleras partículas de polvo dorado, que hacía brillar sus cabellos a los rayos del sol. Los hebreos acostumbraban untar sus cabelleras con varios tipos de aceites. Usaban también aceites perfumados, que vertían sobre las cabezas de sus visitantes en señal de bienvenida. "Prepararás una mesa para mí, frente a mis enemigos, y ungirás con óleo mi cabeza; mi copa estará rebosando" (Salmos 23:5). Los judíos actuales muestran marcadas diferencias con los antiguos hebreos. Después de la Diáspora (dispersión por el mundo en el año 70 luego de un conflicto con el Imperio Romano) se mezclaron con las poblaciones de Europa Central (ashkenazis) y el Norte de Africa y España (sefaradíes). Hoy hay judíos pelirrojos, rubios, castaños, y con todo tipo de variación posible. En Etiopía viven los falashas, judíos negros que se consideran los verdaderos descendientes de los antiguos hebreos.

La antigua Grecia puso de moda su estilo de cabello en todo el mundo conocido por ellos entonces.

Fue la extraordinaria civilización griega la que, con sus peinados naturales con melenas en movimiento y bucles, marcó el estilo del cabello del mundo antiguo. Todas las naciones vecinas y las conquistadas por ellos adoptarían, en un momento dado, su particular estilo, que luego sería heredado por el Imperio Romano. La antigua Grecia fue la base y el pilar fundamental de toda la cultura occidental. Sus costumbres, arquitectura, filosofía, y tradiciones mitológicas fueron heredadas por los siglos posteriores y estuvieron presentes en el Renacimiento y los siglos 18 y 19.

La civilización griega más antigua fue la Minoica de la Isla de Creta, cuyo período se extendió desde el año 7.000 ac hasta el 1600 ac. En esta época fueron invadidos por los indo-europeos desde el Noreste, quienes fundaron la civilización micénica. Por los testimonios de vasos y pinturas murales sabemos que la gente de estos períodos eran de piel blanca y cabellos negros en la civilización minoica y rubios en la micénica. Los micénicos fueron llamados aqueos por Homero en La Ilíada. Los hombres usaban cabello natural, enrulado, y barbas. Los troyanos, que habitaban en lo que hoy es Anatolia en Turquía, tenían el cabello negro, y los estilos de peinados femeninos eran cuidadosamente elaborados. De cabellos largos, casi siempre terminaban en largas trenzas, que indicaban su status conyugal. En esta pintura mural, "Las Damas Azules", del año 1.600 AC se pueden apreciar estos estilos de cabello.

Este tipo de estilo con cabello largo y trenzas se observa también en todas las representaciones de diosas, como Atenea, Artemisa, Afrodita o Casandra.

No hay representaciones de diosas rubias; sin embargo, varios dioses han sido representados o mencionados con "cabello dorado", lo cual da lugar a suponer que ése sería el motivo por el que el color rubio del cabello era muy deseado por los griegos.

El cabello era en la antigua Grecia una forma también de distinción social: los esclavos usaban el cabello corto, con la cabeza rapada. y la gente de clases más altas usaban peinados elaborados, con el cabello perfumado con aceite de oliva o esencias, aunque en general el estilo de los griegos era bastante natural.

Cerca del siglo V AC, ya entrado en lo que se dio en llamar el período de la Grecia Clásica, las mujeres ya usaban estilos de cabellos muy diferentes a los de sus ancestros de la civilización minoica. Sus cabellos eran largos, sobre los hombros o la espalda, y muchas veces sostenidos por una diadema o una cinta. Ya en este período se dejaron de usar las trenzas como símbolo de su status conyugal. Las cintas o bandas que adornaban sus cabezas se llamaban "estefanías" y algunas de ellas eran de oro.

El siguiente período de esplendor en Grecia fue la época helenística, que comienza a la muerte de Alejandro Magno, en el año 323 AC. A partir de este momento se pueden ver en las imágenes conservadas cabellos artificialmente ondeados y enrulados. En esta época se ven muchos tipos de peinados, incluyendo rodetes, trenzas, flequillos, cabellos sujetos con tiaras o diademas, y diversos estilos, como el "estilo melón", (imagen a la izquierda) que consistía en peinar todo el cabello hacia atrás y sujetarlo con un rodete en la nuca, o un particular estilo encontrado en una escultura de Afrodita donada en 1912 al Museo de Boston por Francis Bartlett, que data del año 330 AC, y consiste en el pelo recogido en dos nudos sobre la parte superior de la cabeza. Esta escultura se llamó "la cabeza Bartlett", y revela un estilo de peinado que estuvo de moda al inicio del período helenístico. El estilo de los hombres era también de cabellos enrulados y barbas, las cuales recortaban, enrulaban y peinaban. A esta tarea se dedicaban los barberos. El arte de cortar y arreglar las barbas llegó a ser una profesión en la Antigua Grecia. Es allí donde se formaron las primeras barberías, que llegaron a ser puntos de reunión, como clubes, para los hombres, donde se reunían y conversaban sobre temas filosóficos, políticos o comunales. Esas barberías eran para ellos tan importantes como punto de reunión como el Agora, la plaza pública.

Sofocles Antiguo busto griego Alejandro Magno Pericles

Los griegos acostumbraban a perfumar sus cabellos con esencias aromáticas hechas a base de flores, especias y aceite de oliva. Ellos creían que las esencias habían sido enviadas al mundo por los dioses, y aplicaban fragancias a su cuerpo y a sus cabellos. Solían hervir flores y hierbas como la mirra o el olíbano y hacían una preparación con aceite de oliva. Para suavizar el cabello, lo masajeaban y lo cepillaban. También le daban brillo con lociones, pomadas y cera de abejas. Gran parte de la población de la Antigua Grecia tenía el cabello negro, y por eso lo teñían de rubio, que era el color deseado por ellos, usando una mezcla de flores amarillas de azafrán y agua de potasio (mezcla de bicarbonato de potasio con agua de ácido carbónico).

El Imperio Romano, en su momento de esplendor, gobernó casi todo el mundo conocido entonces. Fue fundado, históricamente, en el año 753 AC por los legendarios personajes Rómulo y Remo y tuvo, hasta su caída, tres etapas: el Reino, (753 Ac-510 AC) la República (510 AC-27 AC) y el Imperio (desde el año 27 AC hasta la invasión de los bárbaros en el siglo IV). Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, el Imperio Romano de Oriente, con sede en Constantinopla, subsistió hasta el siglo XIII.

Los romanos dieron desde el principio mucha importancia a su apariencia física y a su cabello, y como llegaron a formar una sociedad altamente organizada, con una estructura social bien definida, la forma de vestir y peinarse marcaba posiciones sociales, edad y creencias religiosas.

En los primeros tiempos del reino y durante gran parte del período de la República fue común el uso en los hombres de las barbas y los cabellos largos. Al final del período de la República, aproximadamente en el siglo III AC, la conquista de Grecia aporta a Roma una profunda influencia de toda la cultura griega, que incluía la costumbre de usar barberos y lucir bien afeitados. Por esa época casi toda la cultura del mundo estaba centralizada en Grecia, y hasta la élite culta de Roma estudiaba y hablaba en griego como idioma académico. Según cuenta Plinio el Viejo, el primer romano importante que apareció afeitado fue el general y cónsul Escipión el Africano. Así aparece su imagen en una moneda del siglo III AC. A partir de esa fecha, ése será el estilo de los hombres en Roma, hasta casi la caída del Imperio, donde vuelven a usarse las barbas y los cabellos largos.

Nerón usaba el cabello al estilo de los corredores de carreras de cuádrigas, deporte del cual él era fanático.

La calvicie era mal vista entre los romanos; era considerada un signo de disminución física. Calígula era calvo, y usaba pelucas, coronas de laureles y diademas para disimularlo. Julio César, sin embargo, no ocultaba su calvicie.

La influencia griega trajo también la costumbre de los barberos y las barberías, que en Roma comenzaron también a ser centros de reunión de los hombres, donde, según se ha constatado en excavaciones arqueológicas, se sentaban en largos bancos de madera y pasaban el tiempo jugando a los dados. Los que cortaban y arreglaban las barbas se llamaban "tonsores" y las barberías "tonstrinaes". Los "tonsores" también hacían extracciones dentales ya en esa época. La operación del afeitado de las barbas era hecha sólo con agua y navajas de bronce afiladas con piedras, ("novaculae") o por medio de depilación con cera de abejas y pinzas depiladoras. Los patricios, gente de mejor posición social, tenían sus propios barberos dentro del conjunto de su servidumbre.

"Qué horrible era su imagen, qué salvaje y qué terrible era mirarlo!...Se podría decir que estos hombres barbados son una imagen de la antigüedad, del viejo reino. Sus vestimentas de ese color púrpura casi marrón de la gente común que nos rodea, y su pelo, tan rústico, que en Capua, donde él fue nombrado decemvir, parece que hubiera necesitado toda la calle entera de Seplasia, llena de barberos y perfumistas, para que luciera un poco decente"...

(Cicerón, cónsul y jurisconsulto romano (106 AC-43 AC), hablando acerca de otro cónsul, Piso, a quien él denunciaba como corrupto).

 

Sin embargo, dos siglos después, una tendencia al aspecto filosófico de los emperadores vuelve a poner de moda el uso de las barbas. En los tiempos del emperador Adriano, se solían ver hombres con trenzas en la nuca y colas de caballo. Marco Aurelio, a su vez, también puso de moda el pelo largo, enrulado y barbas. Al fin del Imperio, vuelve a usarse el estilo de caras afeitadas y pelo corto, como en las épocas de esplendor de Cesar y Augusto. El emperador Constantino, del Imperio Bizantino, mostró siempre su imagen con la cara afeitada, sin barbas, en notorio contraste con los rostros barbados de los pueblo bárbaros que habían invadido el Imperio Romano de Occidente.

EL CABELLO DE LAS MUJERES ROMANAS:

Plinio el Viejo comentaba: "Cuán tedioso y aburrido es el largo tiempo dedicado por las mujeres romanas a esas interminables sesiones de arreglo de sus cabellos..." Las patricias romanas, que tenían mejor posición social, arreglaban sus cabellos atendidas por siervas o esclavas llamadas "ornatrix", u "ornatrices", quienes eran las encargadas de ornamentar sus cabezas. Los estilos más complejos y sofisticados indicaban una clase social alta, mientras que los más naturales eran considerados signo de barbarie. Para el enrulado de sus cabellos usaban un instrumento que llamaban "calamistrum", que consistía en un tubo cilíndrico con otro tubo más pequeño sólido adentro, y el cual calentaban en cenizas. Solían también usar pelucas, para aumentar sus peinados. Algunas de ellas eran muy sofisticadas, hasta el punto que Juvenal decía: "Cuanto más importante es el asunto de su embellecimiento, más pisos apilados unos sobre otros como un edificio". El nombre común para una peluca entre los romanos era "Galerus". Las pelucas se hacían casi siempre con pelo natural, el rubio obtenido de las esclavas germanas y nórdicas, y el negro de cabellos de la India. Las tinturas se hacían con diversas fórmulas, como mezclas de henna con hierbas para cabellos rojizos, una mezcla de flores de azafrán para los cabellos rubios, y una extraña fórmula recomendada por Plinio el Viejo para teñir los cabellos de negro: "dejar 40 días sanguijuelas reposando en vino tinto, y luego con el jugo obtenido colorar el pelo". También usaban agua de potasio y agua oxigenada, o lejía para decolorarlo.

Los estilos de las mujeres cambiaron sucesivamente a través de las épocas; el estilo "tutulus", heredado de los etruscos, era el más común, usado por las matronas de familia, y se usó casi todo el tiempo en la Antigua Roma. El estilo "nodus", era un arreglo en el cual el pelo se dividía en 3 partes y se hacía un rodete en la parte superior de la cabeza. El estilo "sine crine" consistía en 6 mechones que se trenzaban independientemente y era usado sólo por las novias o las vírgenes vestales. A medida que pasaron los años del Imperio, hubo diversos estilos de varios tipos, como los que podemos ver aquí:

 

<El Cabello en la Antigüedad (1a Parte) El Medioevo y el Renacimiento>

 

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