EL CABELLO ES EL VESTIDO DE NUESTRAS CABEZAS
Desde la más remota antigüedad, el concepto de belleza y apariencia personal ha sido la preocupación de los seres humanos. Por siglos la gente ha invertido su tiempo, esfuerzo y dinero en el lavado, cortado, coloreado, peinado, cepillado y arreglo sus cabellos. La forma en que el cabello es presentado ante los demás tiene profundas raíces psicológicas y sociales. El cabello es un mensaje. El mensaje que les damos a los otros sobre nuestra personalidad. En realidad su función natural es proteger la cabeza contra el frío y el calor, actuando como aislante y acondicionador térmico. Pero a lo largo de la Historia se ha transformado también en una apariencia con expresión intencional.
Cada pelo de la cabellera humana tiene la forma estructural de una planta, con raíz y tallo.
El tallo es la parte visible, precisamente el objeto de nuestras preocupaciones. La parte invisible, abajo de la piel, o sea la raíz, se compone de un folículo insertado en un bulbo; este bulbo es el medio de nutrición del folículo. El folículo piloso es el generador de las células madre que hacen crecer el cabello, y es una de las partes más dinámicas y activas del organismo. Este folículo es alimentado también con sebo producido por las gládulas sebáceas, ubicadas a sus costados, que le da elasticidad y flexibilidad al pelo.
Hay cerca de entre 100.000 a 150.000 pelos en la cabellera humana, y cada uno de ellos está compuesto en un 10% por agua, lípidos, oligoelementos como el hierro, cinc, yodo, calcio, manganesio y pigmentos como la melanina, que es un polímero que le da al cabello su color característico; y un 90% de proteínas. Estas proteínas se llaman queratinas, (del griego κερατίνη, que significa "córneo") y están distribuidas en 6 ú 8 capas fibrosas que se envuelven girando en espiral hacia la izquierda sobre la corteza interior. La más exterior de estas capas se llama cutícula, y protege al cabello evitando que se reseque, e influye sobre su brillo y color. La queratina del cabello humano es del tipo queratina alfa. Está también presente en las uñas y los cuernos de los animales. Compuesta a su vez por una gran cantidad de azufre, este tipo de queratina es muy resistente, pues sus capas fibrosas están unidas entre sí por lazos o puentes sulfúricos; no se disuelven en el agua ni en soluciones salinas, son elásticas y resistentes a la rotura, al calor, a los cambios de acidez y a la putrefacción, dándole al compuesto una sólida firmeza estructural y una larga duración en el tiempo. La cutícula envuelve una parte intermedia, el córtex, donde se aloja la melanina que pigmenta el color del cabello, y una médula en el centro del tallo piloso que es la responsable de la textura del pelo y la que aporta los nutrientes desde el bulbo.
El cabello crece a un promedio de 1,3 cm. por mes. Lo que serían unos 15 cm. por año. O lo que sería también decir, 1 milímetro cada 2 días y 8 ó 9 horas. Crece más rápido entre la adolescencia y los 30 años de edad, y en las mujeres más rápido que en los hombres. Y crece más en verano que en invierno.
La forma del pelo está determinada por la posición en la que el folículo emerge del cuero cabelludo: en posición vertical, dará cabellos lacios, y en posición oblicua o curvada, cabellos ondulados.
Entre las tareas de los peluqueros estuvo siempre ondular cabellos lacios o alisar cabellos ondulados, según las preferencias de sus clientes.
Los cabellos pueden ser normales, con un equilibrio en la emulsión de sebo cutáneo, y en este caso se ven brillantes y suaves. O grasos, cuando esa emulsión es abundante en grasa, y se ven brillantes y pegajosos, o secos, cuando la emulsión tiene poca grasa y poca agua; en este caso son ásperos y quebradizos.
El color del cabello está determinado por la melanina alojada en el folículo piloso. La melanina es un polímero que le da color a la piel, a la retina ocular y al cabello, y es una protección contra la radiación UV del sol.
El cabello humano contiene dos tipos de melanina: la eumelanina y la feomelanina. La eumelanina, que es la que el cabello tiene en mayor cantidad, se presenta en dos colores: negro o marrón. La feomelamina tiene un tono rojizo.
Los cabellos negros o castaños oscuros tienen gran concentración de eumelanina negra. En los castaños más claros, predomina la marrón. En los cabellos grises hay poca concentración de eumelanina negra y de otros pigmentos. En realidad los cabellos grises no son grises, sino transparentes. En los cabellos rubios hay poca melanina marrón y ausencia de otros pigmentos. Los pelirrojos tienen una alta concentración de feomelanina. Los pelos rojos son poco frecuentes: entre un 1% y 5% de las poblaciones caucásicas o leucodermas. La mayor concentración de pelirrojos (un 13% de la población) se da en Escocia. La ausencia total de ambas melaninas es el albinismo.
PUEDE EL CABELLO VOLVERSE BLANCO DE GOLPE POR UN SUSTO?El 16 de Octubre de 1793, la reina María Antonieta de Francia fue sentenciada a muerte y conducida a la guillotina. Se dice que su cabello se había vuelto blanco, la noche anterior, a consecuencia del disgusto. En 1535, Tomás Moro, al oponerse al rey Enrique VIII de Inglaterra como jefe de la Iglesia, fue sentenciado a muerte y su cabello encaneció la noche anterior a ser ejecutado. A Enrique IV de Francia, el 24 de Agosto de 1572, se le volvió el cabello blanco de golpe cuando se enteró de la Masacre de San Bartolomé. Hay muchas anécdotas históricas de este hecho, y numerosas leyendas populares y familiares que cuentan hechos similares. Pero...es verdad? Puede el cabello volverse gris o blanco de golpe o en una noche a consecuencia de un susto, o un disgusto?
En 1853, Mr. Erasmus Wilson, un científico miembro de la Real Sociedad de Londres, ponía seriamente en duda este hecho. En 1911, el New York Times había reproducido un artículo del Deutsche Medizinische Wochenschrift escrito por el profesor alemán L. Stieda, en el cual decía: "El encanecimiento del cabello en una noche, a través de la desaparición repentina del pigmento, jamás ocurre. No importa cuántas veces hayamos escuchado estas historias. El cabello nunca cambia de color". Hoy en día, la ciencia confirma claramente esta afirmación. Una vez que el cabello emergió del folículo, está anatómicamente muerto, y si no es por una acción química externa, como la decoloración por ácidos, es imposible cambiarle su color. El cabello tiene ciclos de crecimiento, reposo y caída, y es reemplazado por otros nuevos. Cuando la producción de melamina se vuelve más lenta, a consecuencia de factores biológicos, (deficiencia de vitamina B12, desequilibrio tiroidal, o envejecimiento) el nuevo cabello que crece aparece sin color. Es un proceso lento, que, sin embargo, puede acelerarse por cambios hormonales a consecuencia de stress o disgustos, pero nunca demora menos de 15 días o meses. Alopecia Aereata es una enfermedad en la cual se pierden 300 cabellos por día (lo normal es 100); como el cabello de color es el más antiguo, es el primero que cae, dejando en la cabeza más pelo gris o blanco, y creando la falsa ilusión de que el cabello "se volvió blanco" durante la noche. Las leyendas son sólo eso: leyendas. En realidad, el encanecimiento nunca ocurre repentinamente o en una noche.
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Las personas con cabellos rubios tienden a tener pelo más débil pero en mayor cantidad: cerca de 150.000 en el cuero cabelludo. En el otro extremo, los pelirrojos son los que menos pelo tienen: unos 90.000, pero más grueso. Y en un término medio, están las personas de pelo negro o castaño.
EL GEN MC1R Y LOS PELIRROJOS
Estudios biológicos realizados en 1997 permitieron demostrar la relación directa entre el color de la piel y del cabello y un gen: MC1R (Melanocortin 1 Receptor). El color del cabello está determinado por un pigmento, la melanina, que es producida por células especializadas llamadas melanocitos. Estos melanocitos producen dos tipos de melanina: la eumelanina (cuya mayor concentración da cabellos más oscuros) y la feomelanina (pigmento de tono rojizo). La combinación de estos dos tipos de melanina da distintas tonalidades de cabello. Cuando hay mayor cantidad de feomelanina que de eumelanina, el cabello se vuelve rojo, la piel clara y aparecen pecas. Lo que el gen MC1R hace es producir una proteína, la Melanocortina, que controla qué tipo de melanina tendrá el cabello, convirtiendo el pigmento feomelanina en eumelanina, de modo que haya mayor cantidad de eumelanina. Esto favorece la protección a los rayos UV del sol y hace una piel y un cabello menos expuestos a daños externos. Pero cuando el gen MC1R se presenta en una mutación disfuncional, no cumple su función, y da origen a individuos con cabello rojizo, piel muy blanca y pecosos. Bajo estas condiciones hay también mayor predisposición a contraer melanoma, un tipo de cáncer de piel. La forma standard del gen MC1R es dominante, y la variante disfuncional, recesiva. Todos heredamos de nuestros padres dos tipos de genes MC1R: podemos tener los dos standard, o uno standard y uno disfuncional, o los dos disfuncionales. En el primer caso, las condiciones serán normales, y se presentarán cabellos rubios, castaños o negros y piel que se broncea más rápido. En el segundo caso las características pueden ser las mismas, pero generalmente se presentan pecas en la piel. Y en el tercero, se originan individuos pelirrojos, pecosos y de piel clara. Por otra parte, los pelirrojos que tienen este tipo de gen mutado-disfuncional son más sensibles al dolor y menos sensibles a las anestesias. Es probable que la variación disfuncional del gen MC1R se haya producido en antiguas migraciones a zonas congeladas, en Europa, donde la menor influencia del sol hizo mutar al gen en algunos casos. Ya en hombres de Neanderthal, en ejemplares de 40.000 años de antigüedad, se encontró esta forma recesiva del gen, lo que da lugar a suponer que muchos Neanderthal podían ser pelirrojos. El gen recesivo disfuncional MC1R puede ser heredado a través de muchas generaciones sin manifestarse nunca. Pero al estar presente en el genoma humano, si es uno de los 2 genes que se heredan del padre o de los 2 de la madre (4 en total), las chances de que predomine son de un 25% en cada individuo. Puede aparecer un pelirrojo en la familia, sorpresivamente, sin que haya otro antecedente cercano ni parientes similares.
EL CABELLO SEGUN LOS DIFERENTES GRUPOS ÉTNICOS
La forma del cabello varía según los distintos grupos humanos étnicos. Si bien esta es una consideración cada vez más desactualizada, debido a la creciente mezcla de grupos étnicos entre sí en el mundo, hace doscientos años esta diferencias eran mucho más notables. Hoy en día las formas de cabello presentan más variaciones que las que veremos a continuación, que son básicas:
El tipo caucásico (leucodermos) tiene, por lo general, menos producción de pigmentación de melanina, no sólo en el pelo sino en toda la piel, y mucha variación de color: pueden ser rubios, pelirrojos, castaños (oscuros y claros) y de cabellos negros. En ellos el folículo es circular y está posicionado en forma vertical, lo que da cabellos lacios o ligeramente ondulados. Tienen menos segregación de sebo, lo que ofrece cabellos de normales a secos. Entre ellos los cabellos encanecen más rápido que entre otros grupos.
El fenotipo africano (melanodermos) tiene folículos elípticos, orientados en ángulo casi paralelo a la piel, lo que produce cabellos muy rizados; además tienen una alta producción de sebo, que lo hace brillante y untuoso. Los folículos tienen alta producción de melanina negra, que da cabellos oscuros. Conservan la pigmentación por más tiempo, y encanecen más tardíamente. Los grupos de nativos de Australia (melanesios) tienen también este tipo de pelo.
El tipo oriental (xantodermos) presenta lo que se llama cabellos lisótricos, que son lacios pero tienden a ser más rectos y tiesos. El folículo es circular y forma un ángulo recto con la piel. La producción de melanina negra es alta y presentan cabellos negros u oscuros, y tienen también bastante producción sebácea (brillantes y pegajosos). Encanecen más tarde que los otros dos grupos. Entre este grupo xantodermo están también los nativos de la Polinesia, los esquimales y los indios nativos americanos.
Así como crece, el cabello también se cae. Es común perder entre 50 y cien cabellos por día. Esto ocurre porque su crecimiento se da en ciclos bien determinados. Son tres ciclos: el primero es de crecimiento, y dura unos 3 ó 4 años. Es seguido por un período de interrupción que dura tres semanas, y por último un período de reposo de tres meses, en el cual se cae. A continuación, el folículo comienza a generar nuevas células y el ciclo de crecimiento vuelve a empezar. Por lo general, un 85% del total de cabellos está en período de crecimiento y un 15% en período de reposo. La mayor o menor duración de estos períodos varía de una persona a otra.
Nuestro cuerpo está totalmente cubierto de pelos, menos las palmas de las manos y los pies, el ombligo y las mucosas. Tenemos unos 5 millones de pelos en todo el cuerpo. Pero el pelo que el ser humano tiene hoy en el cuerpo es muy poco comparado con el que tenía en la prehistoria.
CONTINUAR CON "LA PREHISTORIA DEL CABELLO":
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